
Trato preliminar o precontrato: ¿qué es y cómo asegurar su validez?
En el ámbito jurídico y empresarial, los precontratos o tratos preliminares juegan un papel clave antes de la formalización definitiva de un acuerdo. Aunque no suponen todavía un contrato cerrado, sí pueden generar obligaciones si no se gestionan correctamente. Conocer su alcance, su validez legal y cómo firmarlos con garantías es fundamental para evitar conflictos y proteger los intereses de ambas partes.
¿Qué es un precontrato o trato preliminar?
Un precontrato (también conocido como trato preliminar o preacuerdo) es un documento en el que dos partes expresan su intención de celebrar un contrato definitivo en el futuro, fijando las bases del acuerdo y anticipando algunas condiciones esenciales. Aunque no equivale a un contrato cerrado, puede tener efectos jurídicos relevantes si se incumple.
Estos tratos preliminares suelen formalizarse por escrito y dejan constancia de que existe una negociación en curso. Dependiendo de su redacción, pueden obligar a continuar con las negociaciones o incluso dar lugar a una indemnización en caso de incumplimiento del precontrato. De ahí la importancia de conocer bien su naturaleza y consecuencias legales.
¿Qué diferencias hay con una carta de intenciones?
Aunque a menudo se confunden, un precontrato no es lo mismo que una carta de intenciones. Esta última suele ser más informal y no vinculante, sirviendo como un documento que expresa la voluntad de negociar, pero sin establecer obligaciones firmes para las partes.
En cambio, el precontrato sí puede generar compromisos concretos, especialmente si se detallan las condiciones básicas del futuro contrato. Por tanto, en caso de conflicto, un precontrato tiene más probabilidad de ser considerado jurídicamente vinculante.
Otra diferencia clave es que el precontrato forma parte del proceso de contratación, mientras que la carta de intenciones se enmarca dentro de los tratos preliminares más generales. Elegir una u otra herramienta dependerá del grado de compromiso que las partes estén dispuestas a asumir desde el inicio de las negociaciones.
¿En qué situaciones se utiliza un precontrato?
El uso del precontrato es común en contextos donde las partes quieren cerrar una intención clara de contratar, pero todavía necesitan ultimar detalles antes de firmar el acuerdo definitivo. Esto ocurre, por ejemplo, en operaciones complejas como la compra de una empresa, el arrendamiento de un local comercial o la firma de un contrato mercantil.
También es habitual en el ámbito laboral, cuando una empresa y un candidato acuerdan condiciones de incorporación antes de formalizar el contrato de trabajo. En estos casos, el preacuerdo permite fijar fechas, condiciones salariales o funciones, generando una obligación de contratar en el futuro.
Asimismo, se utiliza en licitaciones, procesos de inversión o acuerdos de colaboración empresarial. Gracias a su flexibilidad, el precontrato permite establecer un compromiso claro mientras se siguen negociando los términos finales del contrato principal.
¿Qué debe incluir un precontrato para que tenga validez?
Para que un precontrato tenga validez legal, debe incluir ciertos elementos esenciales. Lo más importante es que refleje claramente la voluntad de ambas partes de formalizar un contrato futuro, incluyendo las condiciones mínimas que definirán ese acuerdo. Cuanto más detallado esté, más fácil será demostrar su fuerza obligatoria.
También es recomendable incluir los plazos previstos para la firma del contrato definitivo, así como los compromisos asumidos por cada parte durante ese periodo. Por ejemplo, cláusulas de exclusividad, confidencialidad o penalizaciones en caso de desistimiento. Todo ello refuerza la legalidad del precontrato.
Además, conviene incorporar referencias claras al objeto del futuro contrato, a qué obliga el precontrato, y, si es posible, un mecanismo de resolución en caso de conflicto. Estas previsiones no solo fortalecen su validez, sino que también previenen malentendidos y litigios innecesarios.
¿Cómo firmar un precontrato con garantías legales?
Para que un precontrato sea válido y eficaz, es clave que esté firmado por ambas partes con un método que asegure su autenticidad. La firma manuscrita sigue siendo válida, pero cada vez más empresas optan por la firma digital de contratos, que ofrece mayor agilidad, trazabilidad y seguridad jurídica.
Contar con una solución como PortaSigma permite firmar precontratos desde cualquier dispositivo, con validez legal plena y registro de todas las evidencias necesarias. Así, evitas dudas sobre su autenticidad y refuerzas su valor probatorio en caso de reclamaciones.
¿Qué pasa si una de las partes incumple el precontrato?
El incumplimiento de un precontrato puede tener consecuencias legales, dependiendo de cómo esté redactado. Si el documento establece claramente que existe una obligación de contratar y una de las partes se retracta sin causa justificada, puede ser condenada a indemnizar por daños y perjuicios.
En cambio, si el precontrato no fija condiciones esenciales o no deja clara la intención de obligarse, será más difícil exigir su cumplimiento. Por eso es clave asesorarse bien y redactarlo con precisión, como se explica en esta guía sobre cómo hacer una enmienda que también aplica en casos de modificaciones contractuales.
Ejemplos de cláusulas frecuentes en precontratos
Algunos ejemplos de cláusulas habituales en los precontratos incluyen la de compromiso de contratar, que obliga a firmar el acuerdo definitivo en un plazo concreto. También es común añadir cláusulas de exclusividad, impidiendo que una parte negocie con terceros mientras dure el preacuerdo.
Otras cláusulas frecuentes son las de confidencialidad y las que regulan penalizaciones por desistimiento. Estas disposiciones permiten estructurar de forma clara los compromisos previos al contrato definitivo y ofrecen una mayor seguridad jurídica en las negociaciones preliminares.
Precontratos y transformación digital: ¿cómo facilitar su gestión?
La gestión de precontratos en papel puede generar ineficiencias, errores y problemas de seguimiento. En cambio, con herramientas digitales como PortaSigma, es posible centralizar la documentación, controlar los plazos y garantizar el cumplimiento legal de cada fase del proceso.
Digitalizar los tratos preliminares permite establecer alertas, automatizar flujos de aprobación y firmar desde cualquier lugar con plena seguridad. Esto acelera las negociaciones, reduce costes y mejora la experiencia de todos los implicados.
Además, la firma de contratos a través de plataformas electrónicas permite mantener un histórico completo de versiones, enmiendas y documentos, aportando trazabilidad y protección ante posibles disputas legales.
Si estás en plena negociación y quieres formalizar un precontrato con todas las garantías, o buscas una forma ágil y legal de gestionarlos digitalmente, en PortaSigma te ofrecemos la solución. Nuestra plataforma te permite crear, enviar y firmar preacuerdos con plena validez jurídica, reduciendo riesgos y mejorando la eficiencia de tu gestión contractual. Asegura tus tratos preliminares con tecnología de confianza.