Firma manuscrita digitalizada

Todo sobre la firma manuscrita digitalizada

El uso de las firmas para dar un consentimiento no es algo actual, sino que su origen se remonta a hace miles de años. Por suerte, es hoy cuando podemos disfrutar de avances tecnológicos, que permiten que la firma ológrafa se haya convertido en una firma manuscrita digitalizada. Si no conoces cómo puede ayudarte a agilizar la carga administrativa en el día a día, este artículo te interesa. 

¿Qué es la firma manuscrita digitalizada?

La firma manuscrita es la que utilizamos a diario como señal de identificación con una finalidad jurídica. Como sabemos, consiste en hacer un garabato a mano, que suele incluir el nombre y/o el apellido, y que se acompaña de otras líneas en múltiples direcciones. 

Aunque a cualquiera le ha asaltado alguna vez la duda de si su firma podría ser falsificada, la realidad es que resulta muy difícil, puesto que cada persona tiene un trazo que es único. Por ello, cuando se utiliza algún tipo de software que hace una comparación entre una auténtica y otra falsificada, se puede observar la diferencia. La velocidad, la dirección o el simple trazo son irrepetibles. 

Pero salvo que se cuente con estos dispositivos de verificación, lo más cómodo y eficaz es apostar por herramientas que permitan garantizar que la firma es auténtica. Para esta finalidad, así como para agilizar la cantidad de trabajo manual, surge la firma manuscrita digitalizada. 

También llamada firma ológrafa verificable o firma digital manuscrita, se utiliza para firmar un documento, pero tal y como si se tratara de un papel. De esta manera, adquiere las mismas garantías  que en este último, probando la identidad y otorgando el consentimiento, pero con un nivel de seguridad más elevado. Con su creación, deja de ser necesario el uso de la firma en papel, dado que esta pasa a tener el mismo valor. 

¿Cómo funciona la firma manuscrita digitalizada?

Para poder obtener las firmas manuscritas en su versión digitalizada, primero es necesario hacer una captura de aquellas. Es decir, que en primer lugar se hace la firma sobre un papel y este se escanea, de manera que se convierte en un documento electrónico. 

Otra opción para la digitalización es emplear un hardware que se encarga de guardar la firma en un ordenador para un uso múltiple. Esta es la vía más habitual, puesto que es la que permite ofrecer una mayor seguridad. 

Así, la firma manuscrita digitalizada equivale a la firma de un documento electrónico, tal y como si se estuviera firmando en un papel. Mientras se realiza la firma en la pantalla de dicho hardware, el sensor que llevan incorporado, hace una captura de toda la información a través de la biometría, que es la que permite detectar las señas exclusivas que mencionamos al comienzo, y que son la velocidad, el ritmo o la presión en el trazo. 

El procesador se encarga de traducir esta firma en una serie de puntos, que son los que van a completar el perfil de cada persona unido a su garabato. Gracias a ellos, la firma es única y no puede falsificarse. 

Hoy en día, la realización de la firma y su posterior digitalización y reconocimiento, se puede hacer desde el teléfono móvil o desde una tableta, por lo que se facilita el proceso y ya queda registrada para usos múltiples. 

Una vez que la firma ya no está en papel, sino que se ha convertido en una firma manuscrita digitalizada, pasa a ser un equivalente de la firma electrónica simple. Y según sean sus características, podrá ir desde su versión más sencilla hasta otra más compleja y, por tanto, con mayor seguridad. 

Tipos de firma electrónica

Como hemos indicado, cuando la firma manuscrita se digitaliza se convierte en una firma electrónica. Pero, ¿qué tipos hay una vez que tenemos esta? Saber cuál es la que se necesita es fundamental, ya que no es lo mismo un documento como una factura que los que permiten realizar gestiones bancarias, financieras o con una finalidad jurídica. De hecho, en estos entornos, la firma electrónica suele ser obligatoria y no una opción. Cuanto más complejo sea el sistema utilizado, mayor la protección. 

  • Firma electrónica simple. En esta, los datos digitales que se tienen están relacionados o unidos a otros que permiten la identificación de la persona firmante, como podría ser la firma manuscrita digitalizada. No cuenta con ningún otro requisito adicional. 
  • Firma electrónica avanzada. Cuando se pasa a la firma avanzada, se pueden detectar todos los cambios que se hayan realizado en los datos que se firmaron en un momento posterior. El uso está protegido y es exclusivo para el usuario en cuestión. 
  • Firma electrónica cualificada. Esta es la versión más segura, porque va ligada al certificado electrónico oficial. Es decir, que este ha sido emitido por una autoridad para ofrecer los certificados en cuestión.

¿Cuál es más segura, la firma digitalizada o la firma manuscrita?

La firma digitalizada y la firma manuscrita son equivalentes entre sí, ya que la única diferencia es que la primera tiene un formato electrónico, mientras que la segunda es la que se realiza en un papel. 

El proceso de digitalizar es convertir el trazo de la manuscrita en una imagen, a través del escaneado en un papel que mencionamos o con un hardware específico que emplea un pad para la firma y que luego permite guardarla como una imagen .jpg o .png para usarla en otras ocasiones. 

La firma digitalizada equivale a la firma electrónica simple, lo que significa que es legal. Pero puesto que digital no es sinónimo de electrónica, para poder ofrecer garantías con respecto a la identidad de quien ha firmado y que se impida la falsificación, es necesario pasar a un nivel superior, que sería la firma avanzada o la cualificada mediante el certificado digital. Estas son las que ofrecen garantías y seguridad legal

Si quieres apostar por ellas para añadir dicha seguridad a tus documentos y además agilizar las tareas del día a día, en PortaSigma trabajamos desde el nivel más sencillo hasta el más avanzado, y pasando también por la opción biométrica. ¡Consulta todos nuestros tipos de firmas electrónicas y elige la tuya!

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